Los líderes no se caracterizan por dar órdenes e imponer su voluntad todo el tiempo. Generalmente las actitudes arbitrarias generan un efecto indeseado en las personas que están a tu cargo. Dicho esto, entre las cualidades de un líder, no puede existir el control desenfrenado de su autoridad. Más bien, un líder responsable, es el que delega responsabilidades a otras personas con la intención de crear un equipo de trabajo en el cual todos sean parte del proceso.
Además, delegar responsabilidades también permite que los trabajadores ganen confianza sobre sus habilidades, y mejora su conexión personal con el equipo de trabajo y la organización. Debido a esto, a continuación hemos enumerado algunos consejos funcionales que deberían tomarse en cuenta para dejar a un lado la errónea forma de liderazgo, y tomar en consideración la delegación como medida practica buscando la productividad.
1. Conforma un equipo de trabajo según sus competencias
Conformar un equipo de trabajo con personas aptas para desarrollar tareas específicas es fundamental, seleccionar a qué persona delegar una responsabilidad debe hacerse en base a sus capacidades. Generalmente, en los ámbitos empresariales, lo mejor es conformar equipos de trabajo multidisciplinarios que puedan hacer frente a las adversidades y alcanzar los objetivos.
Cada equipo deberá tener tanto metas individuales, como metas colectivas, que se encuentren alineados con la visión de la empresa. Para esto, es importante hacerlos partícipes de la planificación estratégica a seguir.
2. Brinda información oportuna
A fin de lograr un liderazgo asertivo, es importante ofrecer un panorama detallado del problema o actividad a delegar, o en su defecto, opciones que puedan reemplazar la actividad principal sin desviarse del objetivo principal. Dar a conocer la importancia de la tarea, es una estrategia efectiva para que la persona conozca su papel dentro de la organización.
3. Traza objetivos claros
En el momento de delegar, es importante tener constancia de que todos los involucrados en la actividad están al tanto de las metas y objetivos específicos, tanto de esa tarea, como de la organización y el equipo de trabajo. Además, de trazar objetivos claros, también es importante que la comunicación sea efectiva y llegue a todos los niveles.
4. Involucra al personal
Para que se cumpla el objetivo, el personal debe estar comprometido a desarrollar dicha actividad, por eso es importante involucrarlos en el proceso. De esta forma, se crea sentido de pertenencia y satisfacción con respecto al equipo y la organización. El capital humano es una pieza indispensable en el logro de los objetivos, por lo cual, debes crear estrategias que los involucren en las actividades.
5. Realiza un diagnóstico periódico
Sin un proceso de chequeo constante no se puede visualizar el camino por el que se está llevando determinado proceso. Además, la supervisión oportuna de las tareas delegadas puede ahorrarnos resultados no esperados en el futuro. De esta forma, es posible detectar los puntos débiles y fortalezas del equipo de trabajo, y corregir desviaciones de manera eficiente.
6. Reconoce el trabajo del personal
Reconocer y dar mérito al personal tras el logro de un objetivo, o la culminación de un proceso fortalece la personalidad y estimula el sentido de realización y pertenencia del individuo.
Finalmente, delegar no se trata de sobrecargar a los empleados, sino de ayudar al desenvolvimiento de las capacidades de cada persona, y esto es sumamente importante para la visión de toda empresa al crear competencia dentro de sus trabajadores.
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